jueves, 29 de febrero de 2024

"Volver a empezar"


Hace unos días volvía a casa recordando, por las calles de mi querido barrio de Torrero, antiguos negocios, talleres, bares… ya desaparecidos que me trasladaban a mi infancia. Iba a contar todo eso cuando otro fragmento de mi niñez se cruzó entre mis recuerdos y decidí dejarlo para otro día. 

Era por la tarde. Estaba en la librería de mis hijas y salí a la calle para tomar un poco de aire cuando veo acercarse por la acera a un señor empujando un carro de compra. Lo miro, me mira y una sonrisa nos devuelve a un ayer lejano, muy lejano, pero no perdido. Sí, era él, aquel niño de entonces, cinco ó seis años menor que nosotros, los mayores, a los que seguía por la arena de la playa de Peñíscola o la calle donde tenían alquilado su apartamento ellos en Benicarló.

En todos estos años, pues aquel niño ya ronda hoy los sesenta, nos hemos visto un par de veces. También he tenido la suerte de ver a sus padres, una especie de tíos postizos, educados y agradables y hablar con ellos sobre todos aquellos veranos de coches pequeños, utilitarios de los 60 repletos de bolsas, maletas e incluso el Seat 600 de otro amigo de nuestros padres en cuyo portaequipajes, una rudimentaria baca de las de entonces, sobresalía en cubo de una fregona con su mocho como si de una bandera se tratase y que al pasar por algunos túneles de la carretera nacional de la época golpeaba en el techo con intención de caerse. Viajes eternos de ida y vuelta que se alargaban por el calentamiento de aquellos 600 y el 1400.

Como siempre que tardas en ver a alguien haces un recorrido por la familia. El padre ya fallecido, los hermanos a los que casi nuca volví a ver desde entonces salvo en un par de ocasiones casi en la prehistoria de mi vida, su antigua vivienda en la que yo aprendí a ir en bici jugándome la vida de un pino a otro, una Nochevieja en ella en medio del pinar donde estaba ubicada. Y así seguimos hasta volver a la arena caliente de la playa, a las noches del chiringuito donde, bajo la luz de la luna y el rumor de las olas, nosotros corríamos por la arena, mientras las madres y los padres echaban la partida y una charrada hasta que el sueño nos reclamaba.

Ahora que no vuelvo a la escuela más que de vez en cuando, donde recibo el cariño de mis chicos y chicas al verme y de algunos compañeros y compañeras que sé que me aprecian de verdad, sentir que la vida, además del cariño recogido en el trabajo diario después de tantos años, me regala este tipo de recuerdos en blanco y negro, de veranos de tardes interminables, de días de sol, en la que también hubo días de lluvia que disfrutamos con la misma ilusión, es cuando analizas tu recorrido vital y te planteas tantas cosas, tantas ilusiones, tantas personas a las que echas de menos, que casi valdría la pena tener una segunda oportunidad para poder apreciar y valorar con más intensidad cada uno de los momentos vividos y que sabes que jamás volverán. Sería como la película de Garci “Volver a empezar” ¿No te parece?

                                                  Fco. Javier Lozano 27- febrero - 2024

domingo, 19 de noviembre de 2023

"A paso lento"

En este momento parece estar algo más tranquilo. Que lo hayan despertado para venir a la escuela le ha cabreado como siempre, pero algo menos, y esa leche con cacao y las madalenas le han ayudado a empezar mejor su nueva jornada.

Nos hemos saludado con algunas bromas para que empiece más relajado y el trabajo que le han puesto para hoy, una presentación en Power Point de momento, lo mantiene entretenido y trabajando de verdad. Hoy no ha soltado su enfado con esa asignatura diciendo que no le gusta y que la odia como con el inglés, la biología, la lengua, la... bueno como con todas.


Es cuestión de paciencia, de saber estar cerca de él, que sepa que mi intención es apoyarle, no tanto en las asignaturas que hace mientras le acompaño, sino en el control de sus salidas de tono y sus reacciones desmedidas, que más de un compañero y profesores han podido sufrir más de lo aceptable.

Unos días atrás me hablaron de él, unas pinceladas algo preocupantes me pusieron en guardia y, cuando lo me lo fueron a presentar, reconocí en él al chico con el que había hablado ya varias veces al encontrármelo por los pasillos, porque varias horas al día parecía habitar en ellos.

El comienzo de cada hora es igual. Despotrica contra la asignatura del momento y, además de no querer hacer el trabajo encomendado, muestra una gran agresividad mordiéndose el puño como si fuera a pegarte, y a veces la camiseta, una irritación que tengo que aplacar con palabras, bromas y dosis de cariño que pronto le aplacan, al menos unos segundos que nos permiten empezar, otras veces unos minutos que le ayudan a relajarse.

Así llevamos ya una semana, una forma de ayudarle a gestionar situaciones que ya antes de estar conmigo, antes de venir a nuestro centro, eran un verdadero problema para él, compañeros, profesores y cuantas personas se iban cruzando en su camino.

Nada augura un final feliz, existen indicadores que pronostican problemas futuros si no se actúa rápidamente, y aun así la cosa es extremadamente complicada. Hoy, lo único que puedo hacer es suavizarle las horas, que se vaya más tranquilo a casa cada mañana. El otro día vino como siempre y al final conseguí que se fuera con una amplia sonrisa. Todos contentos. Objetivo conseguido.

 

                  Fco. Javier Lozano – 6, noviembre – 2023

jueves, 19 de octubre de 2023

"El silbido de los fuegos"

 

Ya han quedado atrás las fiestas del Pilar. Pasamos en Zaragoza unos días yendo de un lado para otro y, como en todas las fiestas populares, comiendo y bebiendo. La cosa era disfrutar de la calle, la familia y los amigos.

Entre los actos que se organizan y que son multitudinarios, además de conciertos y otras historias, están los fuegos artificiales. El otro día fui a verlos a un parque y las figuras formadas en el cielo, la multitud de colores y sus ruidos mantenían a la gente embelesada.

Pensaba yo mientras en todas aquellas personas que, por su condición de autistas sufren con esas explosiones de ruidos y colores, así como de esos animales, perros generalmente, que lo llevan fatal también. Con todo mi respeto hacia todos ellos quería plasmar hoy otra idea.

Los niños, subidos muchos de ellos a hombros de sus progenitores, seguían las estelas que surcaban el cielo con miradas de ilusión. En un momento dado, sin que mis pensamientos anteriores se esfumaran, unos de los grupos de fuegos lanzados hicieron que mi cabeza comenzara a pensar en otras cosas por sus insinuantes silbidos al ascender antes de explotar. Al ser disparados hacia la oscuridad del cielo entre aquellos árboles del parque su sonido era distinto a los anteriores y me hizo pensar en las noticias de la tele de estos últimos días en la guerra de Israel y la frontera de Gaza, incluso me remontó mucho más atrás a la de Rusia y Ucrania, y a tantas otras que ni sabemos de su existencia y donde las empresas armamentísticas y otros muchos grupos económicos se están forrando a manos llenas a costa de la muerte de muchas personas inocentes, entre ellas niños como los que a mí lado, a hombros de sus mayores miraban el cielo absortos entre ruidos y colores.

Pensé en las personas de la guerra, los que sufren a diario mientras nosotros disfrutamos de nuestras fiestas tan esperadas como merecidas, en esos niños de cara sucia debido al polvo producido por las explosiones y los derrumbes de sus casas y de sus vidas. Imagino sus miradas y sus pensamientos mientras escuchan el silbido de esos fuegos que en la guerra también generan colores y humo, pero a la vez muerte y destrucción.


¿Dónde está la conciencia de los gobernantes? Desde luego lejos de sus egos y sus bolsillos repletos de dinero que huele a muerte, sangre y destrucción. ¡Ya está bien! Como diría el gran humorista Gila ¿Podrían parar la guerra un momento? Y yo añado, si puede ser definitivamente, mejor.

                                                         Fco. Javier Lozano 19 – 10 – 23

martes, 3 de octubre de 2023

"Respeto en el tiempo"


Llevo unas semanas tratando temas como la autoestima y la motivación entre los alumnos de 2º y 3º de E.S.O. a petición de algunos compañeros y, dentro de ellos, surge uno de vital importancia, no solo entre el alumnado sino en el mundo en general. La juventud que puebla nuestras aulas hoy en día serán las personas adultas dentro de pocos años. Se trata del respeto, pero no solamente hacia los demás, sino también el que debemos tenernos a nosotros mismos, que está justo en la base del anterior.

Hablas con ellos y ves en sus miradas, gestos y expresiones, que son conscientes de la importancia real del respeto en sus relaciones, pero partiendo desde ellos mismos. Lo notas cuando los tratas en la relación personal de pasillo o en la calle. Te das cuenta en ese momento que lo realizado por y para ellos, al haber llegado a mentalizar a la mayoría, ha merecido la pena.

De repente tengo dudas de dónde se rompe esa cadena educativa que hace que un joven respetuoso de hoy sea mañana un adulto que parece no haber recibido noticias de que el respeto es fundamental. Todo esto me surgió, aunque pueda parecer extraño, este fin de semana cuando conducía por la autovía, pudiendo comprobar que el efecto del ámbito educativo de las aulas puede disiparse en años posteriores.

En primer lugar, todos hemos podido comprobar que las normas básicas de circulación que todos conocemos, mucha gente no las respeta. ¿Cuántas veces vas conduciendo respetando el límite de velocidad permitido y, uno tras otro te pasan superándolo ampliamente como si quisieran llegar a su destino antes de que acabe el mundo? Del móvil, no he dicho nada, eso lo estás pensando tú, pero tienes razón, también puede ser motivo de accidente y por lo tanto el respeto juega su papel.

Ya el detonante de este pensamiento fue ver cómo entre los Fernandos Alonsos de pacotilla que se lanzan a esas velocidades, hay algunos que ya no es que no respeten dichos límites, sino una de las normas más básicas y que en la vida normal, cuando vamos caminando también existe. Uno iba a una velocidad excesiva, pero el de atrás intentaba adelantarlo y para ello se le pegaba prácticamente en un momento intenso de tráfico en ese punto. No respetaba ni su más mínimo espacio vital, pudiendo provocar un grave accidente en cualquier momento involucrando a muchos de los que íbamos a su alrededor.

Sigo pensando, dónde dejamos el respeto a los demás y, por supuesto, hacia nosotros mismos cuando nos ponemos al volante, poniéndolos en constante peligro. Pensemos un poco más las cosas y que una maquina no haga que los egos, o vaya a saber usted qué, puedan hacer daño a cuantos nos rodean.  

                                               Javier Lozano, 3 – octubre – 2023


lunes, 18 de septiembre de 2023

"Otra vez a tu lado"


Por fin hace unos días llegó el nuevo principio de curso y ya he pasado mi primera semana. Este año, tras algunos meses más por la prejubilación, he vuelto a sentir el cariño de cuantos alumnos tuve en los cursos anteriores. Desde que aparecí por mi centro, y se enteraron de que estaba por aquí, ha sido un continuo bajar chicos y chicas a saludarme a la sala de profesores a preguntar por mí y a contarme, como muchos han hecho siempre, sus vidas.

 Han sido unos meses desconectado del día a día en el aula y, aunque es cierto que ha sido mi vida de los últimos más de cuarenta años, lo he echado de menos en muchos momentos. En otros muchos ya se agradece esa liberación de tareas repetitivas, de papeles y otras historias que poco tienen que ver con el verdadero trabajo de campo al lado del alumnado, acompañado de la tiza y un bolígrafo para resolver sus problemas, por un lado, y de mi sensibilidad para ayudar en lo posible en sus situaciones personales de todo tipo por otro, algo que años después me van agradeciendo cuando te encuentras con ellos por la calle. En los últimos meses he tenido muchos casos que me han ayudado a recordar que algo bien he debido de hacer en todo este tiempo por sus muestras de afecto y cariño. Ya os contaré un día de estos.

En el tiempo que voy a estar estos meses, mi labor consistirá en el acompañamiento de nuevo profesorado en las asignaturas que siempre he dado, o con no tan nuevo apoyando a grupos difíciles o con alumnos concretos que presentan algunas dificultades, no solo académicas, incluso de idioma o mil cosas más de apoyo a personas que llevan una tutoría por primera vez y, por qué no, echar una mano a compañeros o compañeras que necesiten cualquier cosa, aunque no esté reflejado en lo que he firmado para este periodo.

Cómo no, me preocupa ese alumnado del que he estado siempre tan atento, las personas con TDAH, aunque también Síndrome de Tourette, Asperger, acoso escolar etc. Concretamente ayer hablaba con una profesora de este último tema a raíz de un chico diagnosticado, a la vez que analizamos algunos comportamientos de otro aparentemente con rasgos claramente hiperactivos. En cualquier caso, mi objetivo sigue siendo estas personas, tanto los ya conocidos como los que vayan surgiendo. De momento ya hemos quedado para hablar de estos dos últimos casos y poder ver cómo ayudarles lo mejor posible.

                        Fco. Javier Lozano 18 – septiembre – 2023


jueves, 7 de septiembre de 2023

"A ritmo de tango"

Hoy la mañana ha salido gris después de muchos días. Me refiero al tiempo,  no al corazón, cuya tonalidad grisácea hace ya demasiado que solo algunos rayos de sol consiguen hacerla desaparecer por momentos, aunque luego vuelva a teñirse de nuevo.

Tras el cristal las gotas siguen su camino hacía el suelo sin remedio. Un grupo de ellas, impulsadas por esa tensión superficial innata que inunda su acuoso corazón, se quedan pegadas a él haciéndome compañía mientras suena de fondo música sinfónica de tango de una orquesta que hace esta mañana de silencios y soledad, llena de recuerdos y nostalgia, más llevadera.

                                          Fco. Javier Lozano 2 – septiembre – 2023

sábado, 1 de abril de 2023

"Con esfuerzo… sí, se puede"


A pesar de estar unos meses fuera de las aulas por mi prejubilación, no dejo de pensar y trabajar en el tema que ha ocupado mi vida, mi alumnado y, especialmente las personas que presentan algún problema, como los alumnos y alumnas con TDAH, aunque creo que en realidad se enfrentan a dicha situación, más que por ellos mismos, por el medio que les rodea en la propia escuela muchas veces, o como les ocurre en la sociedad en el día a día, por a la ignorancia, la soberbia y la desidia de muchas personas con las que se cruzan en su camino, ya tortuoso de por sí en demasiadas ocasiones.

Sigo en contacto con muchas familias de Zaragoza y de otros lugares por diferentes medios y estoy dispuesto a seguir así. Ayer leía en Facebook el comentario de una madre, conocida por este tema, y veía lo orgullosa que está con su hija, y con razón, porque debido a su esfuerzo y las medidas ordinarias aplicadas por su centro, ha conseguido superar con buenas calificaciones este segundo trimestre. Coincido con ella, como he dicho siempre en la importancia de valorar el esfuerzo por encima de las calificaciones.

Más tarde tuve una larga conversación con otra madre, amiga de una antigua alumna que la puso en contacto conmigo, preocupada por el más que posible TDAH de su hijo. Buscaba información sobre el tema, pero tenía muy claro lo que os acabo de contar en el caso anterior.

Todo esto me recordó un caso de hace ocho años y medio, que os cuento con el permiso de la madre desde aquel día y que no publiqué entonces. Le hablaron de mí, se puso en contacto conmigo y concertamos una entrevista para hablar del chico. Quería consejos sobre el tema y también sobre a qué centro llevar a su hijo. Prefiero copiaros tal cual, el correo que recibí un curso después de aquella conversación y del que he cambiado solo el nombre del chico.

“Buenos días Javier, quiero hacerte partícipe de mi alegría, mi hijo Luis ha titulado, la verdad es que estamos muy contentos, estos días en que mis compañeros de trabajo me hablan de que sus hijos están estudiando en EEUU, o que han sacado "cum laude" en alguna sesuda carrera, la verdad es que veo cierto desfase en mi alegría, pero da igual, para mi este título viene a ser la recompensa a tanto esfuerzo, es como si hubiésemos tocado Marte. 

Creo que me comprendes.

Ha habido en este intensísimo año de todo, solo me quedo con lo bueno y positivo, iniciamos una nueva etapa, nos vamos a formación profesional, aprovechamiento y conservación del medio natural, (antiguos forestales); me ha parecido que el contacto con la naturaleza, que a él le encanta, y el poder no estar tanto tiempo sentado en una silla, (así lo espero), pueda gustarle, no lo sé, la verdad. 

Quiero recordar tu sinceridad a la hora de recomendarme tu centro, y tu empuje a tomar la decisión, sea cual fuere, sería acertada, así ha sido. Eres culpable en cierta medida de esta titulación en ESO, de forma sutil, y en la sombra; quería en consecuencia que saboreases mi/nuestro pequeño triunfo. 

Gracias Javier, 

Un super- abrazo. 

Y mucho ánimo para este curso, saca lo mejor de ellos, aunque esté escondido.”
 

Si lo pensamos, igual tampoco es tan difícil. ¿Nos os parece? Vamos a seguir por este camino dándoles la mano en su trabajo diario y en su vida en general.


Fco. Javier Lozano 1 – abril – 2023